Muy buenas, os voy a contar lo que me ocurrió con el brazo de gitano que hice el sábado. Lo primero llamé a mi madre para confirmar las cantidades exactas de cada ingrediente. Harina, huevos, agua, azúcar y nata. Muy sencillo como dijo ella. Pues bien, me puse manos a la obra para restar un rato a un sábado con poco que hacer. La mezcla de los ingredientes sencilla. Montar las claras algo más costoso pero bien. Montar la nata sin problemas(la batidora es un gran invento). Meter la mezcla al horno sencillo. Pero al sacar el bizcocho del brazo del horno e intentar rellenarlo con la nata montada llegó el desastre.
Todo se rompía, la nata se salía por todas las grietas que se le hacían al bizcocho mientras lo enrollaba, me empapaba las manos. Pedía ayuda a gritos desde la cocina a mi niña de 9 años que tranquilamente veía la tele en el salón y muy poco podía hacer. Cada vez parecía más difícil conseguir un brazo de gitano comestible. La nata comenzó a hacerse líquida. ¿Poco montada?¿Poco horneado el bizcocho?. No lo sé. Pero se me ocurrió meter la especie de cosa de brazo al horno para que el bizcocho se hiciera un poco más, solo que lo metí con nata y todo. Claro con el calor del horno la nata se hizo líquida, el bizcocho se empapó y rompió aún más, y todo fue a parar a la basura. Le dimos entre mi hija y yo una clave de humor al desastre y todo terminó.
El fin de semana pasado hice un brazo con mi mamá en su casa y salió perfecto. Si lo hubiera hecho con ella otro gallo hubiera cantado. Hay que querer mucho a las mamis. Siempre están ahí. GRACIAS MAMIS.
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