LO DE LAS PRÁCTICAS

trucha asalmonada
Hola a todo el mundo. Lo primero quiero dar las gracias, a todas las que me animais a seguir escribiendo. Vosotras ya sabeis quienes sois. Muchas gracias. Si no fuera por vosotras y algún ángel de la guarda, probablemente este blog sería la mitad de lo que es.
Bueno al lío.
Hoy, después de una rocambolesca mañana con un autobus, un frenazo y un buen susto de por medio (lo contaré en cuanto me den permiso), ha llegado el mediodía y con él, el final de unas prácticas que comenzaron hace ya unos meses.
Hoy se cumplían todos los requisitos para poder realizar el esperado examen.

Mis nervios y mi inquietud, hacían que mirara el reloj cada minuto.
Con las botas para la calle puestas, por si tuviera que salir corriendo, y una nada favorecedora bata de casa, facíl de quitar y quedar perfectamente preparada para bajar a la calle si fuera necesario, esperaba el momento en que sonara el desagradable timbre del teleportero de mi casa.
Picaba más rápidamente de lo habitual, los ajos para la trucha asalmonada que estaba friendo en la sartén, mientras terminaba la espera.
Miraba de nuevo el reloj, y solo había pasado un minuto desde la última vez.

Las prácticas habían sido incrementadas en dificultad paulatinamente, día a día.
Un día un semáforo sola, otro día dos, un día un cruce sola, otro día dos, un día cinco minutos sola, otro día diez.
Nada podía fallar. Siempre existe una lucecita de alarma roja encendida dentro de tu cabeza, cuando no es tuyo el control de la situación, y la lucecita suele ser más brillante si eres madre, pero insisto, nada podía fallar.

Por fin, el timbre suena. Miro nerviosa la pantalla del videoportero, y aparece la imagen de mi niña de diez años.
No es posible! en menos de un cuarto de hora, ha llegado del colegio a casa sola por primera vez en su corta vida. Ha pasado el exámen con nota. Las clases prácticas han dado su fruto. Abro, sube, y aparece por la puerta de casa con su carita extra-sonriente, pues sabe que la matricula de honor, no se la quita nadie. Terminan mis nervios antes de lo previsto, y sé que a partir de ahora, no harán falta más prácticas para este examen, aunque tengo claro que quedarán aún otros muchos.
La lucecita roja será dificil que pierda fuerza. Supongo que con el paso del tiempo a base de ensayar así será, pero aún no lo se. Tengo que seguir practicando, y con mucho gusto. Mi compañera de clase es lo que más quiero. Mi niña. GRACIAS PRÁCTICAS.

1 comentario:

veli dijo...

esa lucecita no se te va a apagar nunca,no bajes la guardia