Muy buenas a tod@s. Allá por el mes de septiembre, pensando que pronto me harían falta, algo más que cariños, ejemplo y buenas palabras, para convencer a mi niña de diez años, de lo que está bien y lo que no, me apunté en un curso cuyas 16 plazas, sorteaba el ayuntamiento. El bien llamado curso de adolescenterapia para padres y madres, eso, padres y madres, no solo padres, (algo por fín está cambiando), daría comienzo el día 2 de octubre. Nueve euros tampoco era tanto, comparado con los beneficios no económicos, que me reportaría el curso. Y solo era una hora y media a la semana. Por tanto pagué religiosamente, dentro del plazo establecido por el ayuntamiento.
A finales de septiembre recibí una llamada. Era una funcionaria. El curso no se iba a realizar, pues no había suficientes padres y madres, que estuvieran dispuestos y dispuestas, a intentar comprender mejor a sus hijos e hijas adolescentes. No había sido posible ocupar las suficientes plazas, como para que no sé quién, saliera ganando algo por impartir el curso. No me hubiera importado ser la única alumna de la clase, pero el ayuntamiento había dictado una serie de normas, y si no había suficientes personas, no había suficientes personas. El curso no se hacía. Las normas eran las normas.
Pues bien, ahora llegaba la parte más interesante. La devolución de los nueve euros.
Los lectores y lectoras de este blog, yá conocen mis aventuras con el ayuntamiento. A quien no me haya leido nunca, recomiendo la entrada "LO DE LA DEVOLUCION DEL AYUNTAMIENTO", de este blog, para que comprendan por qué digo que llega la parte más interesante.
Para reclamar los nueve euros, era necesario que fuera al centro donde se hubiera impartido el curso, y que dejara mis datos, número de cuenta y demás.
Parecía fácil y lo fue. Una no muy bien encarada funcionaria, recogía todos mis datos en una hoja que esperaba pacientemente a ser rellenada. Los míos eran los primeros datos que recibía. La gente no parecía tener prisa por recuperar su dinero, y sobre todo porque no lo tuviera quien lo tenía.
La norma del ayuntamiento esta vez, era que la hoja debía contener los datos de todos los que nos habíamos ínteresado por conocer mejor a nuestros hijos e hijas adolescentes. Una vez completa, pasaría a algún otro departamento, que se encargaría de devolvernos el dinero.
Volví a mi casa, con el convencimiento de que la cosa sería para largo.
Pasada una semana volví al centro para interesarme por mis nueve euros, y la contestación fue más que positiva. Después de una llamada de la funcionaria, a algún ser superior, de algún departamento superior, me informó de que en solo unos días, tendría resuelta mi incidencia, pues la hoja había sido completada con todos nuestros datos, y el departamento del ayuntamiento encargado de la devolución, iba a proceder en breve a realizar su trabajo.
Volví a mi casa con el convencimiento de que la cosa sería para largo.
Más de un mes después, sigo sin aprender nada sobre adolescentes y sin recibir la devolución.
Por supuesto os contaré el desarrollo, desenlace y final de la incidencia. Espero que no pase un año. Además como dice mi niña, con nueve euros podría ¡¡¡hasta empacharme de chicles!!!.
No son solo tres euros y medio como la otra vez, pero creo que poco importa.
GRACIAS PACIENCIA.
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