La entrevista no pudo salir mejor. Encontraba respuestas muy
convincentes a todas las preguntas que me planteaban. Sonreía, hablaba en
positivo. Seguía todos los consejos para que una entrevista saliera bien, que había leido en páginas de internet u oído a psicólogos en la televisión.
- Actitud Marta, actitud - me decía a mi misma.
- Buenas vibraciones, buena presencia, buena onda- pensaba.
- Me sorprende que tu curriculum esté repleto de estudios y
experiencia laboral como administrativa e informática , y te presentes a este curso para aprender a cuidar
de personas dependientes- me decía mi
entrevistadora, con los ojos muy abiertos y bastante sorprendida.
- Llevo intentando encontrar trabajo y haciendo cursos de ‘lo mío’ durante casi un
año y es imposible, es desesperante. Quiero intentar otra cosa. Además en mi adolescencia,
estuve dudando entre estudiar informática o geriatría, pero al ver que los
ordenadores eran el futuro y no me faltaría el trabajo, me decidí por la
informática, pero va a ser que no -contesté.
Una suave sonrisa de mi entrevistadora me hizo coger confianza y
continuar.
-Además no dejaré de ser informática, de hecho voy a configurar el
ratón a casa de mi madre varias veces a la semana - dije exagerando para quitar hierro al momento.
De nuevo risa algo más sonora de mi entrevistadora.
- Este trabajo será duro. Si te encariñas con alguna persona anciana y muere … - otra nueva observación-pregunta de mi entrevistadora.
- Si, pero incluso esto, me prepararía para pérdidas de seres queridos en el futuro. De niña, adolescente o adulto nadie te enseña ni te
prepara para este tipo de cosas que forman parte de la vida- de nuevo había
contestado positivamente, sin pestañear y mi entrevistadora había asentido a modo de conformidad con mi
explicación.
Cada vez estaba más convencida de que mis respuestas eran
brillantes y que tenía muchas posibilidades de estar entre las quince personas
elegidas para realizar el curso. Mi positivismo y buena actitud tenía que funcionar.
Al día siguiente, tenía que consultar en Internet la lista de agraciados a partir de las doce. Sobre las doce y media estaba con los nervios típicos en el estómago, pero casi convencida de que lo iba a conseguir.
Por fin encontré la página web donde se podía ver que había quince
nombres y apellidos que no coincidían con el mío.
Debajo había otra lista de personas como reservas, con dieciséis
nombres que tampoco coincidían con el mío.Después de no fiarme de mis propios ojos, y leer y volver a leer las dos listas, estaba claro que no iba a poder acceder al curso que podía ampliar mis posibilidades en el mercado laboral.
Era importante encajarlo lo más rápido y mejor posible para seguir
siendo positiva.
No pasa nada. A otra cosa mariposa. Será que no tenía que ser. Se
supone que será, que tiene que ser así. Pensamientos positivos, solitarios
pero positivos.GRACIAS POSITIVISMO.