Hola a todo el mundo. La madrugada del viernes pasado, disfrutaba de un plácido y, desde que me convertí en mami, superficial sueño, cuando un sonido misterioso me despertó.
Abrí los ojos en la oscuridad, aunque parezca mentira, para poder oír mejor. El relativo silencio de una lluviosa madrugada, era interrumpido por un sonido que no podía identificar. Con la mente aún entretenida en activar el resto de mi cuerpo, intentaba encontrar el origen de mi repentina incomodidad. Clon,clon..............clonclonclon...........clon.....................clon................clonclon....clon......clonclon.......clonclonclon.
Sonaba a hueco. Era repetitivo. No demasiado fuerte. Intentaba dormir pero era misión imposible.
Totalmente desvelada, decidí averiguar el misterio.
El ruido venía de la calle, eso era seguro.
No tardé en darme cuenta, de que el tejado de mi casa, y el alfeizar plastificado de mi ventana, se habían aliado para no dejarme dormir esa noche.
Una persistente lluvia que llevaba varios días cayendo sin piedad, casi seguro, había provocado que una gota de agua, se fuera deslizando por el tejado, acumulando más y más agua en su camino, como si de una bola de nieve se tratara, y durante su caída hasta mi ventana iba cogiendo velocidad.
Al chocar contra el alfeizar, que actuaba como caja de resonancia, hacía un ruido amplificado.
No sin irritación, comencé a sopesar la opción de levantarme e intentar amortiguar el sonido. Cogí dos toallas, con la intención de intentar terminar con mi martirio. Abrí la persiana, abrí la ventana, y esperé el siguiente clon. Cuando identifiqué el punto exacto donde caía la gota, coloqué la toalla doblada, para amortiguar el golpe y así conseguir que fuera menos doloroso, tanto para la gota como para mí.
Cerré la ventana. Cerré la persiana, que actuaba de inesperada fijación para la toalla, y me metí en la cama. Por fín, el silencio reinaba en mi habitación. Sin perder más tiempo, cerré los ojos, y pude volver a disfrutar de mi placentero sueño. GRACIAS TOALLAS.